Sentada aquí no hago más que recordarte.
Vienen a mí aquellos momentos
en los que el sol iluminaba mi ventana.
Sin vergüenza encendía nuestras caras,
reflejando el amor de las miradas.
No pareciera ser tan lejano ese tiempo en el que me
pensabas.
La distancia de tus palabras
no hacen más que perpetuar el adiós.
Quieren hacerme entrar en razón,
quieren hacerme entender que te has ido en busca de otro
amor.
Tu silueta se desdibuja junto con tu querer.
Quizás sea necesario dejarte ir,
quizás sea necesario sacarte de mí.