A veces espero tanto,
que las agujas de mi reloj terminan por fundirse.
Dan vueltas y regresan siempre al mismo sitio.
¿De que otro modo podría ser?
Me desvanezco en la idea de cambiar
el sentido de mis agujas.
Tal vez así debe ser
y no queda más que aceptar el modo en que se mueven.
Tal vez alejarme
me permita despejar la mente,
renovar mis pensamientos
y encontrar una nueva dirección.
El camino es largo
y la colina alta
pero detrás de ella, tal vez,
me espere aquello que tanto busqué.